martes, 10 de mayo de 2011

Concierto en Vilnius y despedida


El sábado fue nuestro último día de expedición grundtvigdiana…. Mañana de compras, comida rápida (sí, lo habéis adivinado: más bulviniai blynai, y más cerveza…), ensayo general y concierto.

Nuestro último concierto quedó un pelín deslucido por el intenso ruido exterior a la iglesia, debido al Día del Músico callejero, que se celebraba en todo el casco antiguo de Vilnius y que confería a la ciudad un animado ambiente “womero”.

Nuestras niñas instrumentistas volvieron a repetir éxito con Sibelius, y las cantantes cambiamos la zarzuela por algo más austero: la cantata No se emenderá jamás de Haendel.

Como anécdota, el alarde de agilidad del maestro Vakaris Lopas al abandonar de un salto la tarima de director para apartar un micro que se había quedado abierto, y volver a dirigir como si tal cosa…

Tras el concierto, lunch en el conservatorio, y fiesta de despedida.

Más de una lágrima furtiva se nos escapó, tanto durante la fiesta como durante el viaje de vuelta a casa… Pero siempre nos quedará París,… quiero decir, Vilnius, Poznan, y el recuerdo de los intensos momentos vividos junto con nuestros socios finlandeses, polacos y lituanos, y de la música compartida.

María Jesús Pacheco

lunes, 9 de mayo de 2011

Vilnius


El viernes, las cantantes y el Maestro Brugada, quedamos a primera hora de la mañana para ensayar en la gigantesca iglesia de Sv. Jonos (San Juan), que es, en realidad, la iglesia de la Universidad. Nos costó levantar las voces, a esas horas de la “madrugada”, tras las 25000 horas de autobús del día anterior.


Una vez acabado nuestro ensayo, tras una visita al Conservatorio, situado en el casco histórico de Vilnius (y donde comprobamos que tienen expuestas en el tablón las fotos del encuentro Grundtvig en Cáceres), todo el grupo partió de expedición turística, al castillo de Trakai. Este castillo, fundado por el héroe nacional Gediminos en el siglo XIV, está situado en un lago, a unos 40 km de Vilnius. Al castillo se accede por una pasarela sobre el lago. Como el mundo es un pañuelo, el conductor y el autobús en el que viajamos a Trakai eran, curiosamente, los mismos que nos llevaron, desde Vilnius a Ucrania, a la que suscribe y al coro de la UEx, durante una gira hace 4 años…!!

Tras una opípara comida de todo el grupo Grundtvig, visitamos el castillo de Gediminos, desde el que se domina la ciudad de Vilnius. A los pies de la colina de Gediminos se sitúa la catedral de Vilnius, principal iglesia católica de Lituania.


El final de la jornada lo dedicamos, como no podía ser otra manera, a seguir explorando la gastronomía lituana en uno de los restaurantes de la calle Vokieciu, en la que se acumulan una buena parte de los locales de moda de la ciudad: arenques ahumados, bulviniai blynai (blinis o tortas de patata), vedarai (salchicha de patata), cepelinai (especie de masa de patata rellena de carne picada)… (sí, efectivamente, la patata está omnipresente…), acompañados, claro, de la excelente cerveza lituana (cocacola para las niñas, of course).

María Jesús Pacheco

jueves, 5 de mayo de 2011

Ya en Vilnius

Bus, bus, bus, bus... Desde las 8h00 hasta las 23h... Pero ya estamos en Vilnius. En cuanto hemos puesto los pies en el hotel, "go to bed" inmediatamente... Mañana, madrugamos otra vez, para ensayar en la iglesia de St. John desde las 9h ("las 9h que son las 8h", que diría mi madre, porque aquí es una hora más). A ver cómo nos las ingeniamos para no cantar como bajos, a esas horas...
Después del ensayo, seguro que cae una Svyturys (cerveza local), y por la tarde, turismo. Ya os contaremos.
María Jesús

Poznan, segundo concierto

Esta mañana, que empezó soleada, aunque fresquita, y que acabó lluviosa, ha sido fundamentalmente dedicada al “shoping”... Algunas, que tenemos poca paciencia para esas cosas, hemos preferido visitar alguna fachada perdida o algún claustro escondido, pasear por la ciudad y tomar una cervecita y un té con calma, antes de reencontrarnos con el grupo para un almuerzo en Stary Rynek, que se ha convertido en el “meeting point”. En el menú, crema de champiñones, borsch, camembert empanado con frutas del bosque, salmón… Las proteínas necesarias para afrontar el ensayo general y el concierto de la tarde.

El concierto, de nuevo, un éxito. Ha tenido lugar en el Collegium Rungego, el salón de actos de la Universidad de Agricultura. En el programa, Karelia de Sibelius, dirigida por Eolo Lepola; Tance Goralskie de Moniuszko y la obertura de La Revoltosa, dirigidas por Vakaris Lopas; y La tarántula, el Tiempo de gavota de La Calesera de Chapí y La canción de Paloma del Barberillo de Lavapiés de Barbieri, dirigidos por D. Arturo Brugada. Si bien en el concierto de ayer destacó la obra de Gorecki, en el de esta noche, han sido las piezas de zarzuela las que han encandilado al público polaco, gracias al gracejo de las cantantes (sobresaliente esa Paloma de Celia Sánchez del Río) y a la enérgica y acertada dirección del Maestro Brugada.

La noche ha terminado con unos vodkas en la plaza de la ciudad, imprescindible para combatir los 4º de la primavera polaca, y con una pronta retirada, puesto que mañana (hoy, ya) toca madrugar para viajar a Lituania.

María Jesús Pacheco

miércoles, 4 de mayo de 2011

Nuestro primer concierto

¡Qué frío! ¡5º por la mañana, al salir del hotel! No nos hemos atrevido a mirar el termómetro al volver hace un rato de nuestro primer concierto…

La mañana de hoy la hemos consagrado, como de costumbre, a ensayar. Y como siempre, las cantantes y el Maestro Brugada hemos tenido más tiempo libre que hemos dedicado a contemplar el cambio de la Guardia a caballo, y a visitar el curioso Museo de Instrumentos Musicales, en Stary Rynek, único de este tipo en Polonia, y tercero, en cuanto a dimensión, en Europa. Entre pintorescos instrumentos de muy diversas procedencias, destacan algunas gaitas construidas con piel de cabra y una estupenda colección de fortepianos.

Después de comer algo rápido (esta vez no hemos tenido tiempo de realizar investigación gastronómica…), hemos acudido a nuestra cita con el resto del grupo para trasladarnos a la localidad del concierto. En ruta, nos hemos parado a visitar el castillo de Kórnic, con su espectacular arboretum, y un ejemplo de la arquitectura tradicional polaca.


El concierto ha resultado un éxito. A pesar del intenso frío (ahora entendemos la utilidad del vodka…), la colegiata de Sroda Wielkopolska estaba llena. En el programa, el Festivo de Julius Andriejevas y las danzas Highlanders de la ópera Halka de Stanislaw Moniuszko. Particularmente emotiva la Sinfonía de las lamentaciones de Gorecki, bajo la batuta del Maestro lituano Vakaris Lopas.

María Jesús Pacheco